El ámbito de los registradores, como muchos otros, ya está inmerso en el mundo digital para prestar nuevos servicios a la sociedad. Ya digitalizados gran parte de los procesos, los retos actuales pasan por aprender a utilizar e integrar nuevos recursos tecnológicos y, en especial, la inteligencia artificial (IA). Ese fue uno de los temas del VII Congreso Nacional de los Registradores de España, que reunió en Tenerife a alrededor de 300 asistentes.
Pablo Haya, director del área de Business & Language Analytics en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), participó en la mesa redonda sobre “Digitalización y Seguridad Jurídica”. Moderada por Borja Adsuara, el abogado experto en Derecho Digital incidió en que la profesión no desaparecerá con la IA, sino que va a ser más necesaria que nunca la existencia de expertos que entrenen a estos sistemas para dedicarse luego a tareas de más valor.
En la conversación, que giró además en torno a temas como la seguridad en el entorno digital, la identidad y los derechos digitales, también estuvieron Maite Arcos, directora general de la Fundación ESYS, y Nacho Alamillo, director general de Astrea.
Aplicaciones de los modelos del lenguaje en los registros
Dentro del campo de la Inteligencia Artificial, Pablo Haya puso el foco en el avance del Procesamiento del Lenguaje Natural (PLN) con la llegada de los modelos del lenguaje, capaces de analizar grandes volúmenes de texto como los que se encuentran en el ámbito legal y en los registros en particular.
Estos modelos pueden adaptarse y automatizar tareas específicas, elevando la calidad de las aplicaciones tecnológicas existentes y permitiendo abordar nuevos casos de uso. Haya dio algunos ejemplos:
- Simplificar, aclarar o resumir un certificado
- Anonimizar datos personales en una sentencia
- Extraer información de una nota simple
- Identificar cláusulas abusivas en un contrato
- Buscar información específica en bases de datos documentales del registro
Las herramientas de PLN tienen también en cuenta las particularidades y sutilezas propias del lenguaje legal, lo que es fundamental para que sean más efectivas. La adaptación a dominio es precisamente una de las claves del modelo del lenguaje propio del IIC, RigoBERTa, que puede aplicarse especialmente al sector legal y jurídico.
En este contexto, también hubo momento para hablar de la inteligencia artificial generativa, que abre una oportunidad excepcional para optimizar las operaciones diarias de los registros y convertirlos en una entidad administrativa más accesible y cercana. Sin embargo, Pablo Haya destacó que “la tecnología es el menor de los problemas ante posibles conflictos legales o éticos. El foco siempre ha estado y estará en las personas”.