En los últimos años, el interés de las organizaciones por el bienestar y la felicidad de los trabajadores es creciente. Buscando convertirse en organizaciones más saludables, se apuesta por el coaching o talleres motivacionales, entre otros recursos, y surgen dentro de las propias empresas nuevos perfiles que se encargan de gestionar y promocionar estos aspectos. Pero, ¿cómo medimos la felicidad y el bienestar? ¿Pueden influir en la productividad? ¿Qué queda por mejorar e investigar?
Esos fueron algunos de los temas abordados en el XII Seminario de la Cátedra de Modelos y Aplicaciones Psicométricos UAM-IIC: Organizaciones saludables, ¿cómo conseguirlas? Avances y desafíos, en el que se quiso tratar el tema desde el punto de vista de la investigación, pero también desde la práctica y la experiencia profesional, aportando diferentes visiones.
Por primera vez y tras la experiencia 100% online del año pasado, el encuentro anual fue híbrido, con la mayoría de los ponentes participando de forma presencial y casi 300 personas siguiendo el streaming. De la apertura se encargaron Ignacio Montero, Decano de la Facultad de Psicología en la UAM, y Juan José Martínez, director de Desarrollo Estratégico en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC).
Este último destacó la necesaria colaboración entre la Facultad de Psicología de la UAM y el IIC, “hasta formar un equipo experto en la medición psicológica” para abordar temas complejos como el propuesto en el seminario. “Nuestra aportación tiene que ver con la medida y el análisis de los datos para generar entornos saludables de trabajo”, explicó. Además, Francisco J. Abad y Carmen García, directores de la Cátedra, se encargaron de presentar a los ponentes y al evento como un “espacio constructivo de intercambio de ideas” y del cierre del mismo.
La promoción del bienestar en organizaciones saludables y resilientes
En la conferencia Las organizaciones saludables en el candelero: ¿Qué sabemos y hacia dónde vamos?, Marisa Salanova, Catedrática de Psicología Social y directora del equipo de investigación WANT en la Universitat Jaume I de Castellón (UJI), giró en torno a tres ideas principales:
- La necesidad de estudiar las organizaciones saludables desde la ciencia y la investigación y, en concreto, desde la psicología positiva.
- Cómo medir el bienestar organizacional y su impacto en el desempeño.
- Cómo potenciarlo en las organizaciones saludables con intervenciones psicológicas positivas.
Para ella, es esencial poner el foco, más que en reducir el malestar, en potenciar lo positivo, las fortalezas de las personas: estudiar el optimismo, el funcionamiento óptimo y comprender y facilitar la felicidad y el bienestar. De esta visión surge el concepto de Organización HERO, como una organización saludable y resiliente, en el que se centra la investigación de su grupo. Proponen cambiar el paradigma y pasar de la prevención de los riesgos psicosociales clásica a la promoción del bienestar.
“Estar bien tiene ventajas”, afirmó la experta, también en cuanto a que se conecta con mejores resultados laborales. ¿Cómo se promociona el bienestar? Marisa Salanova apuesta por las intervenciones psicológicas positivas (IPPs): la mejora de los entornos de trabajo, promocionar la participación activa y potenciar el desarrollo personal.
La atención como indicador del bienestar
Una forma de conseguir ese bienestar es, para Marta Romo, pedagoga y máster en RRHH, destacada divulgadora y CEO de BeUp, trabajar la atención, influyendo también en la productividad de los equipos. En su conferencia Sintoniza tu atención: una mente más presente es una mente más feliz, se basó en tres afirmaciones:
- La atención es el nuevo cociente intelectual. “La capacidad de moverse de forma inteligente en la sociedad de la información depende de la capacidad de atención”, explicó la experta. Además de ayudarnos a gestionar la entrada de información en el espacio de trabajo, liderar la atención es poder ser más libres y poder elegir dónde poner el foco frente a la inmediatez, por ejemplo.
- La atención es el nuevo pegamento social. Según la experta, la atención mejora y contribuye a que nuestras relaciones laborales sean de más calidad. “La única manera de que una persona se sienta parte del equipo es que se sienta atendido”, afirmó Marta Romo. En lo social, atender es estar presente y ayudar.
- La atención es el nuevo indicador de bienestar. La atención y la presencia nos ayudan a tener una sensación de control que contribuye al bienestar. Marta Romo puso el ejemplo de culturas basadas en la supervivencia, evitativas, y de las centradas en las metas y en el futuro, que no atienden a la realidad y que desembocan en un mayor estrés.
Para Marta Romo, son las culturas centradas en el bienestar y en la calma, en el presente, las que favorecen que las personas funcionen mejor a nivel cognitivo y que los equipos colaboren mejor. “Hay que buscar un equilibrio: en una organización es importante la supervivencia y mirar al futuro, pero hay que equilibrarlo con la presencia”, explicó.
La importancia del contexto para medir la felicidad
Por otro lado, Edgar Cabanas, Doctor en Psicología e investigador de la Universidad Camilo José Cela, apuntó en su conferencia El problema del trabajador feliz: Limitaciones en torno a la definición, medición y aplicación de la felicidad a los problemas técnicos en torno a la conceptualización y medición de la felicidad.
Como introducción, mostró cómo psicólogos positivos han comenzado a investigar las definiciones de felicidad en diferentes países, resultando en un concepto heterogéneo que dependería de factores contextuales y culturales. Una de las conclusiones, según el experto, es que “las definiciones de felicidad varían de forma significativa dependiendo de variables de tipo económico, sociodemográfico y contextual” y, por tanto, “la forma de entender la felicidad es sensible a condiciones vitales, creencias y contextos personales”.
Para él, en el contexto está la clave, también en el mundo laboral. Desde una visión más integral, “lo que hace felices a unos trabajadores no tiene que ser lo que hace felices a otros”, apuntó Edgar Cabanas. Por ello, mejorar las acciones en materia de felicidad laboral pasa por mejorar la investigación y tratar de contextualizar mucho más los conceptos o intervenciones: para qué tipo de trabajadores y para qué tipo de trabajos, adaptándose a las situaciones particulares.
Investigación de fenómenos dinámicos en las organizaciones
Por último, fue Mirko Antino, profesor de la Universidad Complutense de Madrid (UCM), el que aportó una visión más puramente académica y metodológica, en su conferencia Capturando las experiencias dinámicas positivas en el trabajo: desafíos y oportunidades metodológicas.
Partiendo de las ponencias anteriores, en las que se apuntó que las organizaciones están sujetas a cambios y que podemos intervenir para mejorar, Antino justificó la necesidad de estudiar fenómenos dinámicos, que son fenómenos que evolucionan, que fluctúan, que emergen o que pueden desaparecer con el tiempo. “Investigarlos es un gran desafío, pero también una gran oportunidad”, explicó, y, para ello, pueden ser útiles los estudios de diario o intra-sujeto.
Puso el ejemplo de la felicidad laboral en relación a la productividad. Para el experto, “hay que tener claro lo que estamos midiendo”. En este caso, una persona puede ser feliz en general, pero, si consideramos que esta cambia dentro del propio individuo, tenemos que estudiar si se es más productivo cuando se está más feliz frente a los momentos en los que se es menos feliz. Y para cada caso, aplicar las herramientas adecuadas.
Mirko Antino puso también otros ejemplos sobre cómo estudiar fenómenos de este tipo e intervenir, para concluir que sí tenemos herramientas para estudiar fenómenos dinámicos, pero que hay que empezar a construir teoría. “Tenemos que empezar por la parte exploratoria, para luego entender y explicar los fenómenos”, concluyó.