Muchos de nosotros evitamos hacer uso de los recursos sanitarios si no es estrictamente necesario. Ya nos gustaría dirigirnos a los diferentes servicios del sector salud únicamente de forma preventiva. Aun así, según el Ministerio de Sanidad, Consumo y Bienestar Social, cerca del 80% de la población efectuó una media de 7 visitas anuales a su especialista de atención primaria.
A estas cifras, cabe sumar la evolución de la industria hacia un modelo de atención personalizada que nos ofrece más productos y servicios adaptados a nuestras necesidades, por lo que nuestra percepción de esta atención es que ahora se ha vuelto más accesible, eficiente, segura y cómoda.
Basta con ver cómo ha mejorado la programación y el registro de citas, permitiendo minimizar el papeleo; la oferta de visitas remotas; el hecho de compartir los resultados de laboratorio a través de plataformas online para los pacientes; y las comunicaciones bidireccionales que se establecen a partir de las visitas con proveedores (empresas farmacéuticas y cosméticas, entre otras), especialistas que intervienen en la atención médica y compañías tecnológicas.
El objetivo de todos los que trabajan en el sector salud, de todos los que trabajamos para el paciente, es conseguir que la visita al médico sea más llevadera. Es en este punto en el que la tecnología actúa para establecer el equilibrio entre pacientes y proveedores, ya sean médicos o la propia industria farmacéutica. Utilizada adecuadamente, puede elevar nuestra experiencia y mejorar los resultados de salud en el proceso.
La tecnología ayuda a la práctica médica
Mirando hacia atrás, la implantación de la historia clínica digital en nuestro país se inició en los años 90, pero tuvimos que esperar hasta principios del 2014 para que el primero de nuestros centros clínicos, el Hospital de Denia (Valencia), alcanzase el nivel 7 de la Sociedad de Sistemas de Información y Gestión Sanitaria (HIMMS).
Este nivel acredita que el hospital es 100% digital tras implantar la historia clínica electrónica para toda la documentación relativa a sus pacientes.
Actualmente, son muchos otros hospitales los que colocan a nuestro país en la cumbre de la atención sanitaria con este tipo de acreditaciones. El Hospital Universitario 12 de octubre en Madrid, el Clínic de Barcelona, Sont Espases en Palma de Mallorca o La Fe de Valencia son sólo algunos de estos prestigiosos centros.
Sin embargo, continuando con la historia, solo en los últimos años hemos comenzado a ver un cambio hacia la aplicación de la tecnología en la ayuda a la práctica médica, haciendo un fuerte énfasis en el uso de la información disponible en el entorno sanitario y en las historias clínicas para mejorar las experiencias de los pacientes. Al igual que con la mayoría de las nuevas tecnologías, siempre hay ventajas y desventajas, pero es importante que se siga poniendo el foco en la privacidad, la calidad de la atención y la seguridad del paciente.
A modo de ejemplo, la tecnología ha permitido establecer mejores vías de comunicación entre pacientes y médicos; permite también que pacientes y especialistas se comuniquen más rápida y claramente. Una encuesta reciente de una empresa de administración de medicamentos y recetas electrónicas desveló que el 83% de los pacientes «recibirían con agrado los recordatorios de sus médicos para controlar la presión arterial, completar ejercicios de rehabilitación, tomar los medicamentos recetados, programar citas de seguimiento u otras alertas similares».
Tecnología para mejorar la atención al paciente
La tecnología y, en especial, la aplicación de la Inteligencia Artificial, va más allá de la mera comunicación con el paciente. Con herramientas basadas en datos e información escrita por los mismos profesionales del sector salud, se puede mejorar la precisión, el acceso al servicio médico y la experiencia del paciente.
Reducción de posibles errores médicos
Un estudio publicado en 2013 estimó que los daños médicos prevenibles pueden cobrarse la vida de más de 400.000 personas cada año, solo por detrás de las enfermedades cardíacas y el cáncer.
Según el mismo estudio, cuando los médicos no tienen suficiente información sobre el paciente o el fármaco que administran, se pueden producir errores graves de medicación y, según la Sociedad Estadounidense de Farmacéuticos, esa es probablemente la razón por la cual casi todos los hospitales usan los registros electrónicos almacenados en la historia clínica.
Con tecnología de por medio, es esperable que la prescripción electrónica, las alertas médicas y el establecimiento de indicadores clínicos puedan reducir aún más los errores de medicación y mejorar de manera considerable la seguridad del paciente.
Ampliar el acceso a la atención médica
En la actualidad, el acceso a la atención médica puede ser un asunto que plantear a los líderes del sector salud, puesto que los pacientes buscan un servicio accesible y eficaz. Según encuestas nuevamente estadounidenses, el 51% de las personas indicaron que la conveniencia y la facilidad en el acceso a la atención médica fueron el factor más importante en sus consultas
Este deseo puede contribuir al crecimiento y desarrollo de modelos de atención no tradicionales como la telemedicina. Unida a esta perspectiva del paciente, en la encuesta se vio que la adopción de la telemedicina por los médicos aumentó un 340% entre 2015 y 2018. En la actualidad, como pacientes, podemos acceder a sistemas que se comunican en lenguaje natural, chatbots o vídeos que nos ofrecen atención de médicos especialistas.
El futuro de la experiencia del paciente
Más que nunca, creo que los pacientes quieren saber que están recibiendo la mejor atención médica. Es por eso que todo el mundo habla de la inteligencia artificial (IA) como una de las tecnologías más prometedoras a aplicar en el cuidado de la salud. Por ejemplo, que los análisis predictivos permitan a los especialistas anticiparse a lo que necesitan los pacientes en lugar de simplemente reaccionar a medida que surjan nuevas preocupaciones es una clara ventaja.
Identificar la tecnología adecuada, ya sea IA o de otro tipo, para las necesidades específicas de una organización orientada a la atención médica no siempre será fácil, pero los líderes del sector sanitario que emprenden esta tarea deben hacerse dos preguntas muy específicas:
- ¿Cuáles son las preferencias, necesidades, comportamientos y experiencias de nuestros pacientes? Los hospitales y los sistemas de salud pueden involucrarlos estratégicamente en conversaciones sobre cómo crear valor.
- ¿Cómo podemos implementar tecnología de manera que apoye a nuestros médicos y sus flujos de trabajo existentes? El agotamiento de los médicos no se puede ignorar, por lo que parece razonable que se creen e instalen sistemas con los flujos de trabajo de los médicos como referencia, para que sea la tecnología la que se adapte a su día a día y no al revés.
Después de estos primeros pasos, el futuro de la IA en salud no solo pasa por la implementación de los algoritmos, sino también por su medición, comparación y el establecimiento de la regulación necesaria para que puedan seguir evolucionando y aplicándose eficazmente. De estos puntos hablaremos en próximas publicaciones.