En nuestra vida cotidiana hacemos muchas cosas sin darnos cuenta de todo lo que conllevan. Una de ellas será seguramente el hecho de encender la luz: esperamos que se encienda sin preocuparnos por qué hay detrás o si es un buen momento para hacerlo. Pero eso que a simple vista parece tan sencillo, en realidad es algo muy complejo y tiene a todo el sistema eléctrico detrás.
Para empezar, necesitamos tener un contrato con una comercializadora. En España, desde la liberalización del sector, existe una gran cantidad de ellas, desde las de toda la vida hasta otras que nos aseguran que nuestra energía será 100% renovable; así que tenemos una amplia oferta donde elegir.
La energía llega a nuestras casas a través de las líneas de transporte y distribución. Las líneas de transporte o de alta tensión llevan la energía desde los grandes productores de energía hasta las subestaciones de distribución, y las líneas de distribución o de baja tensión, desde allí hasta nuestras casas.
Antes de eso, la energía se genera en las distintas plantas de generación. Estas pueden ser renovables (eólica, hidráulica, fotovoltaica, termosolar, térmica renovable…) o no renovables (nuclear, cogeneración, ciclo combinado, térmica…). Las más grandes están conectadas a la red de transporte; mientras que las renovables, más pequeñas, generalmente lo están a la red de distribución (generación distribuida).
Uno de los agentes que hace que todo este sistema funcione coordinadamente es el operador del sistema, en nuestro caso es Red Eléctrica de España (REE). Sus funciones principales son garantizar la continuidad y seguridad del suministro eléctrico e integrar la mayor cantidad posible de energía renovable.
Para garantizar el suministro eléctrico hay que controlar que en todo momento la demanda de electricidad sea igual a la generación de esta, ya que actualmente la electricidad no se puede almacenar a gran escala. Por ello, es importante conocer la demanda eléctrica y la generación con antelación, es decir, contar con predicciones de las mismas. En algunas centrales podemos saber con mucha fiabilidad la generación que vamos a tener, ya que únicamente depende del combustible que se queme o del agua disponible en el embalse, por ejemplo. Otras, como la energía solar o la energía eólica, tienen mayor variabilidad al depender de la meteorología, que como sabemos no es sencillo predecir.
Las energías renovables han sido noticia en España en muchas ocasiones. Por ejemplo, cuando nos convertimos en el primer país en el que la energía eólica fue la primera fuente de energía en 2013. Sin embargo, esto no se mantuvo en los siguientes años, en 2014 la nuclear volvió a quedar por delante, y en 2015 la energía eólica quedó relegada al tercer puesto, por detrás de la nuclear y el carbón. También en 2015 se inauguró la central hidroeólica de Gorona del Viento en El Hierro que pretendía conseguir que la isla se autoabasteciera con energías renovables, lo que ocurrió por primera vez ese agosto.
Como se puede ver, las cifras indican que no estamos aprovechando todo el potencial renovable que tenemos. Por ejemplo, si nos fijamos en la energía fotovoltaica, Alemania, nada menos, tiene unas ocho veces nuestra potencia instalada.
Si tenéis curiosidad, podéis consultar la página de REE sobre la demanda y la estructura de la generación en tiempo real.
Otras herramientas importantes en el sistema eléctrico son los mercados de electricidad, tanto el diario como los seis intradiarios. En ellos se hacen ofertas de venta y compra de energía que después se casan para establecer la energía programada para el día siguiente (mercado diario) o ajustar la programación para unas horas después (mercados intradiarios). Adicionalmente, existen los servicios de ajuste para ayudar al operador del sistema a adecuar la generación a la demanda en todo momento.
Qué hacer con los datos del sistema eléctrico
El sistema eléctrico genera gran cantidad de datos, desde la producción que tiene cada planta hasta el consumo que tenemos en nuestras casas. Podemos usar toda esa información para ayudar a los distintos agentes en la toma de decisiones. En el IIC nos hemos especializado en soluciones Big Data para el entorno energético:
Predicción de generación renovable
Gracias al servicio de predicción de producción, los gestores de las plantas pueden realizar sus ofertas en los mercados de generación o planificar mantenimientos. A nivel agregado también es útil para que el operador del sistema pueda integrar las energías renovables de forma segura.
Mantenimiento predictivo
Gracias a los datos provenientes de sensores, medidas o imágenes en las instalaciones generadoras se puede modelar el comportamiento de las plantas y detectar de forma anticipada comportamientos poco óptimos o incidencias. Este mantenimiento predictivo aumenta su disponibilidad y fiabilidad.
Predicción de la demanda
Gracias al servicio de predicción de la demanda, tanto a nivel de cliente como de grupos de clientes, las comercializadoras pueden presentar en los mercados de electricidad ofertas de compra mucho más ajustadas. Además, a nivel más agregado el servicio ayuda al operador del sistema a garantizar el suministro.
Detección de fraude
Gracias al servicio de detección de fraude energético, los distribuidores pueden evitar las pérdidas ocasionadas por usos fraudulentos y optimizar las inspecciones que realizan. Además de en electricidad, el servicio se puede aplicar en la distribución de gas o agua.
En definitiva, en el IIC analizamos los datos, extraemos patrones de comportamiento y proporcionamos soluciones para facilitar la toma de decisiones de los agentes involucrados en el sistema energético que hay detrás del interruptor. Os iremos ampliando información sobre los beneficios que las soluciones Big Data aportan al sector energético; mientras tanto, no dudéis en escribirnos si queréis más información sobre nuestros servicios.