Hemos participado en el XXII Congreso Interno de la Asociación de Empresas Eléctricas (ASEME), que se ha celebrado en el Palacio de Congresos Fórum Evolución en Burgos. En él se han reunido 100 empresas distribuidoras y comercializadoras de energía eléctrica.
En el congreso se han compartido perspectivas sobre el futuro del sistema energético, donde el desarrollo tecnológico y la digitalización de las tecnologías energéticas están cobrando un papel fundamental.
Julia Díaz, Directora del área de Energy Predictive Analytics del Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), ha impartido una ponencia sobre “Big Data para la detección del fraude”, donde ha incidido en los beneficios que obtienen las empresas del sector energético a la hora de aplicar tecnologías como Inteligencia Artificial y Big Data.
Big Data para la detección del fraude energético
Es una realidad que las pérdidas en distribución del sistema eléctrico español han sufrido un incremento importante en los últimos años. Este incremento de las pérdidas está directamente relacionado con un aumento de fraude energético.
Gracias al uso de modelos predictivos y técnicas avanzadas de selección y generación de variables, se pueden identificar irregularidades o fraude en las instalaciones. Sobre este aspecto, Julia Díaz ha hablado de las características que se requieren en los sistemas de detección de fraude. Entre ellas se encuentran:
- La necesidad de adaptación a cada cliente, zona geográfica, etc.
- El sistema debe ser firme y a la vez dinámico, capaz de adaptarse a los nuevos comportamientos de fraude.
- Establecer patrones de consumo según características sociales, culturales o socioeconómicas de los clientes.
- La unión de tecnología Big Data y los conocimientos de negocio para acotar búsquedas y conseguir mejores resultados para el negocio.
Los algoritmos desarrollados para detectar fraude energético se apoyan en datos de los usuarios junto a otros. Con el análisis de datos se pueden determinar patrones fraudulentos en los consumidores, lo que permite optimizar las gestiones propias del negocio de las distribuidoras, generando un ahorro tanto para los diferentes agentes involucrados en el sector de la energía como para todos los usuarios.