Puede que el final del instituto sea una de las épocas con más dudas relacionadas con el futuro, sobre todo el laboral. Es entonces cuando realmente hay que decidir qué se quiere ser de mayor y qué camino tomar para conseguirlo.
Para resolver algunas de estas inquietudes, varios profesionales del Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC) contaron sus experiencias y primeros pasos en el mundo laboral a algunos alumnos del IES Jorge Manrique de Tres Cantos, además de los cambios a los que se enfrentarán y qué necesitan para ello.
Más de 30 estudiantes de 4º ESO y Bachillerato escucharon de forma online a Iván Junior Soler, profesional de desarrollo de software y QA, Jaime Torrijos, programador, y Virginia Arranz, consultora experta en competencias.
Del Grado en Ingeniería Informática al IIC
Uno de los consejos fue que buscaran entre sus intereses. Por ejemplo, Junior Iván Soler partió de su interés por los videojuegos, y de ahí llegó a la informática. Primero con un grado de Formación Profesional, donde aprendió cómo funcionaban los ordenadores, y después con el Grado en Ingeniería Informática de la Universidad Autónoma de Madrid (UAM).
“Vi cubiertas muchas preguntas que me había hecho y me surgieron muchas más sobre hasta dónde puede llegar la informática”, explicaba. En el IIC, se encarga del correcto funcionamiento de las aplicaciones, de detectar los errores para corregirlos, durante actualizaciones, por ejemplo.
En el Grado en Ingeniería Informática de la UAM también se formó Jaime Torrijos. Para él, las primeras asignaturas fueron un poco abstractas, pero luego servían de base para todo lo demás, que ya era más práctico, incluso los exámenes. Mencionó asignaturas específicas de bases de datos o de creación de páginas web.
Empezó en el IIC como estudiante en prácticas durante el último año de carrera, para terminar de formarse, y unos meses después lo contrataron. Actualmente trabaja en el proyecto de detección de fraude bancario. Recuerda la “madurez” que implica la vida universitaria y la vida laboral: el trabajo autónomo, tener que organizarte, etc. “Tampoco es que estés solo en la empresa, hay mucha colaboración entre compañeros y un buen ambiente en el IIC”, explicaba a los estudiantes.
Competencias para el mundo laboral
Dentro de esa colaboración, Virginia Arranz recomendó aprender de los proyectos, en cuanto a qué les aporta y qué pueden aportar. Eso es lo que marca la diferencia, la iniciativa y reconocer que no somos capaces de todo. Esto tiene aún más sentido en el IIC, donde los ingenieros informáticos trabajan con psicólogos como ella, lingüistas, matemáticos o diseñadores gráficos.
Y es que independiente del perfil profesional de cada uno, hay que formarse en una serie de habilidades o competencias transversales que permiten desempeñar un trabajo y diferenciarse de otras personas que tienen la misma formación: trabajar en equipo, comunicarse en una reunión o adaptarse a los cambios, especialmente útil en el contexto que vivimos.
Entre las características de carácter personal que valoran las empresas, destacó:
- CV: conocimientos técnicos y experiencia.
- Competencias transversales: cooperación, comunicación, innovación, organización, etc.
- Actitud: motivación y valores para hacer el trabajo con ganas.
- Competencias digitales para comunicarse y trabajar en red.
Con esto, es más fácil afrontar un proceso de selección, que suelen incluir pruebas de evaluación y entrevistas. Sin embargo, recomendó a los alumnos que fueran sinceros y que demostraran lo que valían y lo que pueden aportar.