Cambios que generan cambios, de los que hay que ser conscientes y a los que hay que unirse para avanzar. Esa es la principal idea que Elisa Martín, directora del área de Salud del Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), transmitió en su charla en CTO Summit: Ante el desafío del cambio producido por la IA y el Big Data.
En una entrevista previa al evento que reunió a los líderes tecnológicos, contaba que “la Inteligencia Artificial ha pasado de ser un nice to have a un must”. Más allá del interés por los datos, entender la información se ha convertido en una necesidad para predecir escenarios y hacer frente a la incertidumbre.
Esa necesidad requiere que nos impliquemos, que desarrollemos una nueva forma de hacer como profesionales y desde las empresas. En concreto, su discurso giró en torno a tres reflexiones sobre la relevancia de las personas, el ecosistema y el tiempo en este contexto de cambio tecnológico.
El desafío profesional de la Inteligencia Artificial
¿Cómo afectan los nuevos entornos tecnológicos a la capacitación de las personas? ¿Qué necesitamos para coger la nueva ola y aplicar la tecnología para generar impacto y un valor?
Ante estas preguntas, Elisa Martín fue tajante: “si tú no cambias, no esperes que el resto cambie”. La Inteligencia Artificial implica un desafío profesional. Para hablar de estos temas, hay que ampliar nuestros conocimientos, y no es fácil hablar de nuevas tecnologías cuando no las hemos estudiado ni vivido profesionalmente.
Por ello, necesitamos encontrar las razones para afrontarlo, un propósito y, sobre todo, motivación. Al final, explicaba, “las personas tenemos que ser valientes y enfrentarnos a la realidad”. En el mundo de la IA y los datos, hay que analizar si haces lo que te gusta, si estas produciendo impacto, y si te va a llevar a lo que quieres conseguir.
Trabajo conjunto para innovar
Lo mismo pasa con las organizaciones que, para cubrir todo el conocimiento necesario, tienen que recurrir a la innovación abierta, nuevos ecosistemas y modelos de colaboración empresarial. Elisa Martín recalcó en varias ocasiones la necesidad de un “conocimiento profundo” de la tecnología y su aplicación. Para las empresas, es un talento difícil de conseguir y volátil, por la demanda y por el ritmo al que avanza la tecnología.
Por eso, se recurre a crear ecosistemas y redes de conocimiento, que enriquecen y complementan a quienes forma parte de ellos: “no somos entes independientes, la innovación necesita de las personas y la colaboración”, explicó.
El IIC es un buen enlace en este aspecto. Lleva más de 30 años innovando en Inteligencia Artificial y su misión es trasladar las novedades de la investigación al mercado. Además, según comentaba Elisa Martín, “nos ocupamos de tener los perfiles necesarios, de formarlos y mantenerlos al día”, y ellos también aprenden de las experiencias en distintos sectores. Así las empresas pueden contar con un grupo multidisciplinar de profesionales para acompañarlas en la incorporación del Big Data y la Inteligencia Artificial.
El tiempo de la Inteligencia Artificial
El tiempo empieza a ser una variable relevante cuando se habla de tecnologías exponenciales, cuyo uso crece rápidamente y se estandariza.
Como explicaba Elisa Martín, “el tiempo de cambio se acelera, los periodos para diferenciarse tecnológicamente son mucho más cortos y las ventanas de oportunidad, más pequeñas”. Por ello la importancia de estar en el momento y lugar adecuados, para marcar la diferencia.
Al final, el tiempo es un factor que define el éxito. La Inteligencia Artificial nos desafía a colocarnos en el espacio donde seamos capaces, como profesionales, de generar valor, e influye en nuestros ecosistemas, en la rapidez y en la flexibilidad con la que hacemos las cosas.