Cuando pensamos en el futuro de la salud, como en el de muchos sectores, ya es inevitable pensar en la tecnología. Pero que las herramientas se desarrollen y utilicen adecuadamente en este ámbito depende de seguir trabajando en la calidad e interoperabilidad de los datos en los que se basan, en su seguridad y privacidad y en la formación de los clínicos.
Estas fueron las principales conclusiones del encuentro sobre la digitalización del sector sanitario organizado por D+I de El Español, en el que se hizo hincapié en el análisis de datos médicos para conseguir una atención sanitaria personalizada y preventiva. “La medicina personalizada tiene que estar basada en los datos, datos que también serán los que ayuden a avanzar en procesos, en la toma de decisiones, en los tratamientos, etc.”, explicaba Elisa Martín, directora del área de Salud en el IIC.
En el evento, que estuvo moderado por Mar Carpena, participaron también César Morcillo, director médico del Hospital Digital en Sanitas, Alberto Estirado, CIO y Director de Transformación Digital en HM Hospitales, y Rosa María López Carneros, Head of Business Operations de Boehringer Ingelheim. Todos estuvieron de acuerdo en que la digitalización no solo tiene beneficios para el paciente, sino que también permite a los profesionales sanitarios tomar mejores decisiones y optimizar procesos y protocolos para realizar su trabajo de una forma más efectiva.
Estandarización y seguridad de los datos de salud
Visto el dato como denominador común de todas las tecnologías que se están desarrollando y pueden tener aplicación en el sector salud, la digitalización resulta esencial para generarlos, analizarlos y utilizarlos. Sin embargo, esta tarea tiene todavía algunos desafíos por delante para realmente extraer el valor de toda la información disponible en el ámbito médico y fuera de él.
La clave está en integrar datos de todo tipo para tener una información más completa de pacientes, patologías y tratamientos: “Cuando hablamos desde el concepto de salud de una persona, los datos clínicos no representan más del 10% de toda la información que puedes tener. A esa información hay que sumarle muchos más datos relativos a sus hábitos de vida, a factores medioambientales, socio-económicos, etc.”, explicaba Elisa Martín. Y un primer paso para esa integración es estructurar los datos, estandarizarlos y normalizarlos para que tengan el mismo formato.
De esta forma, se puede trabajar con un mayor volumen de datos de calidad, mejorando las soluciones y herramientas derivadas y, en consecuencia, la atención al paciente. Ejemplo de ello fue el sistema de alertas inteligentes que el IIC desarrolló junto al Hospital Universitario Son LLàtzer para detectar la sepsis precozmente.
Y hablando de datos, especial importancia se dio también en el encuentro a su seguridad. Los participantes confirmaron que ya se tratan con cautela y control por parte de los denominados comités éticos, pero que hay que seguir avanzando en su regulación y, a la par, en la formación de los profesionales. Solo de esta forma, destacaba Elisa Martín, se pondrá el foco en los riesgos reales y en los beneficios de proyectos innovadores y se disipará el miedo que muchas veces impide los buenos usos de los datos y la tecnología.