Aunque el concepto de Inteligencia Artificial se acuñó en los años 50, este campo ya empezó a gestarse antes de la mano de otras disciplinas como las matemáticas y la informática. Disciplinas en las que también participaban mujeres y que han pasado más desapercibidas, pero cuyo trabajo se va reconociendo a posteriori.
Visibilizar la labor de las científicas es precisamente el objetivo del Día Internacional de la Mujer y la Niña en la Ciencia. Entre otras cosas, se pretende completar la historia con referentes femeninas para despertar la vocación de las niñas por los estudios STEM, en los que siguen predominando ellos.
Desde el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC) también nos sumamos a estas iniciativas con las experiencias de mujeres en tecnología. Y esta vez, hemos querido recopilar el trabajo de algunas de las mujeres pioneras en el campo de la Inteligencia Artificial, sin el que quizás no haríamos lo que hacemos.
Ada Lovelace y el primer algoritmo
Ya en el siglo XIX, la aristócrata británica Ada Lovelace (1815-1852) se interesó por las matemáticas y la informática, convirtiéndose en la primera programadora de ordenadores.
Fue autora de lo que se considera el primer algoritmo de la historia, descrito entre sus notas añadidas al artículo de Charles Babbage sobre la máquina analítica, que se encargó de traducir al inglés.
Además, fue precursora de la idea y del concepto de máquina universal, como un artefacto que podía programarse y reprogramarse. Y desde una perspectiva más social, también se preguntaba cómo los individuos se relacionan con la tecnología como una herramienta de colaboración.
La contribución a la programación de Frances Allen
La evolución de la programación le debe mucho a la informática estadounidense Frances Allen (1932-2020), la primera mujer en recibir el premio Turing en 2006. En sus más de 40 años de carrera en IBM, trabajó en el desarrollo de compiladores, en la creación de lenguajes de código y en la computación paralela.
Su labor se centró en facilitar la creación de programas sencillos e intuitivos que se ejecutaran rápida y eficientemente. Como resumen, en su necrológica en The New York Times, escribieron que Allen “fue crucial para proveer a los humanos de formas cada vez más fáciles de decirle a los ordenadores qué hacer”.
Karen Spärck Jones, pionera en PLN
Karen Spärck Jones (1935-2007) sentó algunas de las bases del Procesamiento del Lenguaje Natural (PLN), siendo pionera en la recuperación de información. Entre sus aportaciones, destacan los algoritmos de búsqueda ITF e IDF, para ordenar de mayor a menor relevancia los resultados de una consulta, y que se usan como estándares de los actuales.
Además, contribuyó a la comprensión de los Sistemas de Información y en su tesis sobre clasificación semántica, también planteó un enfoque disruptivo al combinar técnicas lingüísticas con estadística y probabilidad. Tras ser coordinadora del Programa Alvey en Reino Unido y presidenta de la internacional Asociación de Lingüística Computacional, fue la primera mujer en recibir la BCS Lovelace Medal en 2007.
Inteligencia Artificial española: Teresa de Pedro
Entre los logros de la investigadora española Teresa de Pedro (1944), está el desarrollo de uno de los primeros sistemas de Inteligencia Artificial en nuestro país. También experta en robótica, dirigió el programa Autopía, en el que se consiguió el primer vehículo autónomo español en los años 90. Además, diseñó un modelo para predecir la contaminación atmosférica en Madrid
Antes licenciada en Ciencias Físicas, utilizó para su trabajo fin de carrera uno de los primeros ordenadores que llegaron a las universidades –un IBM 1620–, lo que la acercó a la informática. Por ello, empezaría a trabajar en el Instituto de Electricidad y Automática del CSIC. En 2019, este mismo organismo la homenajeó como una de las científicas pioneras y decisivas en la historia de la ciencia española.
Estas son solo algunas de las mujeres que contribuyeron al campo de la Inteligencia Artificial. Esperaban que su labor sirviera para que otras niñas se interesaran por el mundo STEM y muchas de ellas fueron a su vez inspiradas por profesoras y otras mujeres. Una muestra de que muchas veces es una cuestión de visibilidad.
La historia de los hallazgos en Inteligencia Artificial supone valorar el proceso de descubrimiento de las nuevas aplicaciones que han cambiado nuestra vida cotidiana.
Poner nombre propio a quienes han generado tan enorme transformación, no solo es reconocimiento, sino también una excelente oportunidad de valorar sus hallazgos.