Si a día de hoy el ilustre don Miguel de Cervantes levantara la cabeza, no sabemos muy bien qué pensaría de Twitter, Facebook, WhatsApp y todas estas formas modernas de comunicación. Tal vez escribiera, con un hashtag de #locuras, las andanzas de un directivo ya jubilado buscando fama y aventuras por los campos de Castilla, que difundiera sus andanzas por YouTube con una GoPro por sombrero y a lomos de su fiel scooter Rocinante. «No son gigantes ―le diría su paciente secretario―, son centrales eólicas».
Por desgracia no podemos volver a contar con don Miguel entre nosotros, pero ―gracias a los últimos avances en inteligencia artificial― sí podemos imitar su prosa. Esto es lo que han hecho investigadores del Instituto de Ingeniería del Conocimiento como conmemoración del 400 aniversario de la muerte de su autor, creando un cerebro artificial que durante las últimas semanas ha estado estudiando al detalle la obra completa de El Quijote. Este cerebro artificial, explotando los últimos avances en tecnologías de aprendizaje profundo, ha sido capaz de asimilar el vocabulario y las estructuras empleadas por Cervantes en su novela, y adquirir así la habilidad de generar nuevos textos con un estilo similar. Textos que suenan como los siguientes:
«En un lugar de la Mancha está en su amada, y había de hacer regidor de tu amo que desde aquí está por el suelo.»
«Y si no, por ventura me parece que el señor caballero haya muchos años de mi renegado y mala suerte suele decirse: que esta suerte no se estimaba en desdichado […]»
«—No te digo nada —respondió Sancho— que es menester que anda la simplicidad de la misma vida, y que le ha de dar cuenta de los descubiertos de las razones de sus caballerías.»
«Y con todos los caballeros andantes de la trasportada que con mucho castillo le puso en casa de la cabeza, que con su rescate se quedó en el mundo, y que todo lo que me acuerdo, porque se descubriera de las armas, cortesanas y falsas de la cueva de Maritornes.»
«A lo menos que está en sus deseos de la presencia de su señora Dulcinea del Toboso, porque no hay que parecer tan cristiano como la compañía de lo que debe de ser con la mano en el mundo.»
«¡Oh señora de las espaldas, que me ha puesto en el suelo a la señora Dulcinea del Toboso en verdad, y que es muy alto como por infinitos caballeros andantes de la verdad de la caballería.»
«—Los de los caballeros andantes sean —dijo don Quijote—, y más ha de ser como este que me ha de hacer, y que yo soy de la alma de la cabeza a los palabros de la respuesta, que así como el de la venta le estaba algo presente, y que un día de despedirme de mi hija y de la cabeza del asno de Sancho Panza, porque los tiempos andan con media señora a los caballeros andantes […]»
Si quieres, puedes ver los textos completos de NeuroCervantes compartiéndolo.
[sociallocker]Textos completos de El Quijote escrito por NeuroCervantes (PDF)[/sociallocker]
Frente a estos textos no parece que el Cervantes original vaya a perder su puesto como primer literato de España, pero las similitudes que presentan los textos generados con los auténticos resultan sorprendentes. Más aún si se tiene en cuenta que el único conocimiento de base que se ha proporcionado a esta inteligencia artificial ha sido el alfabeto. Todo lo demás, desde el vocabulario hasta la gramática básica pasando por las reglas de puntuación, ha sido aprendido por el cerebro artificial mediante la mera observación y estudio de El Quijote.
Entre otros méritos, este neurocervantes ha aprendido algunos aspectos de la lengua que no resultan fáciles a los estudiantes de español para extranjeros, como construir oraciones complejas enlazadas por el nexo correcto («del asno de Sancho Panza, porque los tiempos andan con media señora») o utilizar verbos pronominales y construcciones con «se». Es capaz de establecer la concordancia de un nombre con un adjetivo («infinitos caballeros andantes») o de un demostrativo con un sustantivo («esta suerte»), aunque a veces tenga sus dudas («los palabros»); e incluso recoge los arcaísmos propios de la época («desta», «estremo») o inventa palabras nuevas llegado el caso («lo hermosuro»). Llama la atención la tendencia a comenzar oraciones con el nexo «y», recurso cervantino que aporta un gran dinamismo al texto y que la inteligencia artificial ha captado. Nada despreciable teniendo en cuenta la complejidad del estilo de Cervantes.
El algoritmo es capaz así de aprender a imitar la parte formal y estructural del estilo cervantino, produciendo frases gramaticalmente correctas, pero no el contenido: sus textos no tienen ningún sentido. Para generar frases con sentido completo, como un humano, el cerebro artificial debería conocer el significado de las palabras, un entrenamiento que podría constituir el siguiente paso en la evolución natural de la red neuronal.
¿Llegará un día en el que los best seller sean escritos por programas informáticos? Parece que aún estamos lejos de algo así, pero poco a poco nos vamos acercando. ¿Qué nos falta? Indudablemente estamos lejos de alcanzar la creatividad del ser humano: una comparación numérica superficial revela que el cerebro artificial detrás de este aspirante a Cervantes cuenta con en torno a 5 millones de conexiones neuronales, mientras que se estima que el cerebro humano contiene 100 billones. El camino por recorrer es aún muy largo, pero prometedor, y por el momento ya podemos aprovechar estos avances para mejorar los sistemas de procesamiento del lenguaje natural que se emplean en las últimas aplicaciones informáticas.
[…] Hoy en día la lógica de los chatbots ha cambiado en gran medida, ya que echan mano de complejos aprendizajes en el profundo mundo de la inteligencia artificial. Por tanto, este aprendizaje continuado no solo perfeccionará las expresiones utilizadas, pareciéndose así cada vez más al tono de un humano; sino que además se podrá adaptar el contenido incluso a nivel individual, aumentando la elocuencia y la cercanía con los usuarios. Así que por ejemplo, podríamos enfocar el aprendizaje para rescatar el lenguaje característico de Miguel de Cervantes, pudiendo crear de esta manera un chatbot que imitara la parte forma y estructural con un curioso toque cervantino. […]
[…] En otros campos, como en la literatura, se han podido conocer sobre inteligencias artificiales que plasman el estilo de autor en relatos, como la que años atrás creó el Instituto de Ingeniería del Conocimiento: «Una inteligencia artificial escribe su versión de El Quijote«. […]