En el último número de la revista International Journal of Selection and Assessment acaba de aparecer un nuevo artículo sobre Unproctored Internet Testing (UIT). Sus ventajas y dificultades no son muy conocidas entre nosotros y voy a comentarlas brevemente.
El número de test que se administran por Internet aumenta año tras año. Las empresas que comercializan test van añadiendo a sus catálogos más y más pruebas informatizadas, que se administran mayoritariamente por Internet. Hay dos modalidades de aplicación. En la supervisada, la persona ha de desplazarse al centro de administración de test. Allí realizará las pruebas bajo la supervisión de personal especializado que previamente habrá comprobado su identidad.
La segunda modalidad es la administración no supervisada. La persona introduce su identificación y contraseña y el servidor de test le presenta las tareas a realizar. Puede conectarse al servidor desde su casa, una cafetería, la biblioteca… cuando y desde donde prefiera. Una ventaja importante de esta modalidad de aplicación es la reducción de costes, tanto para el evaluador (evita los gastos producidos por el centro de administración de test), como para el evaluado (no ha de viajar y perder horas de trabajo para hacer las pruebas). Siendo importante la reducción de costes, para algunos es incluso más importante que cualquier persona, esté donde esté, pueda responder a los test, por lo que supone de acceso universal al talento.
La administración no supervisada también tiene sus riesgos. Puede haber problemas relacionados con la fiabilidad y con la validez de las puntuaciones. En relación a la fiabilidad, las puntuaciones suelen ser más fiables cuando las condiciones de administración se mantienen constantes en las sucesivas aplicaciones del test. Es evidente que cuando la administración es no supervisada se introduce más variedad en las condiciones de aplicación, lo que podría afectar negativamente a la fiabilidad.
La amenaza de los test no supervisados administrados por Internet (TNI) a la validez parece incluso más seria y se sigue de la posibilidad de hacer trampas en las respuestas. Quien ha de responder al test puede pedir a una persona más preparada que responda por ella; o puede hacerlo la persona a evaluar, pero respondiendo lo que le indica alguien más preparado que le acompaña. Se puede responder al test incumpliendo las instrucciones de administración y es posible incluso copiar las preguntas para facilitárselas a un amigo. Se pueden hacer trampas de distinto tipo en la administración no supervisada. También, por supuesto, en supervisada; pero ciertamente las trampas posibles son más y más fáciles de hacer cuando la administración es no supervisada.
Ante este estado de cosas, la opción preferida por los puristas sería no considerar apropiada la administración no supervisada. Hay, sin embargo, otros puntos de vista. En el artículo Internet Alternatives to Traditional Proctored Testing: Where Are We Now?, publicado en la revista Industrial and Organizational Psychology (número 1 de 2009), Nancy T. Tippins afirma lo siguiente: For many I–O psychologists and employers, the UIT train has left the station. They have embraced UIT as an efficient, cost-effective solution to the problem of testing large numbers of widely dispersed candidates. The question is not ‘‘Should we use UIT?’’ Rather, the question is ‘‘What is the best way to use UIT?’’ No podemos estar más de acuerdo: ya hace tiempo que los TNIs salieron de la estación y, por cierto, siguen a buena velocidad.
En la segunda parte de este post responderé a la última pregunta planteada por la Dra. Tippins. Además de repasar los cambios que se observan en los test cuando cambiamos de administración supervisada a no supervisada y comentar algunas estrategias posibles para ganar en seguridad sobre la calidad de las respuestas obtenidas en los TNIs.