Convertirse en un profesional es el siguiente paso para los estudiantes que acaban sus carreras y másteres en el sector de la tecnología. En la mayoría de los casos, el acceso al mundo laboral despierta inquietudes y preocupaciones comunes sobre la búsqueda de empresas, los procesos de selección o los conocimientos necesarios.
En la Semana de Empleabilidad UAM 2020, hablamos de la vida después de la Universidad, en un encuentro en el que se abordó esa transición desde diferentes perspectivas. Los estudiantes pudieron escuchar a profesionales del mundo de los RR. HH. y de su propio campo, con los que se sintieron identificados y que les dieron algunos consejos.
Como moderador, Roberto Latorre, delegado para Prácticas y Empleabilidad de la Escuela Politécnica Superior (EPS), fue destacando los puntos más importantes y planteando preguntas a ponentes y asistentes.
Además, el Instituto de Ingeniería del Conocimiento también estuvo presente en el foro de empleo de la UAM 2020, donde impartimos un taller de iniciación de herramientas open source de Python.
La selección de RR. HH.
Una primera parte del encuentro contó con dos expertas y profesionales de RR. HH., que dieron pistas a los estudiantes sobre las competencias que se valoran en las empresas más allá del conocimiento técnico. Ante dos expedientes académicos o profesionales similares, triunfan las habilidades transversales, la actitud y los valores.
¿Qué buscan las empresas de mí?
Para poner en práctica lo aprendido en la Universidad, hay que tener otras habilidades. Las llamadas competencias transversales son el complemento perfecto de las ganas de trabajar y el conocimiento técnico que los estudiantes ya tienen, y las que muestran esa diferencia individual.
Muchas de ellas no se forman habitualmente, explicaba Virginia Arranz, consultora experta en competencias en el IIC, pero se puede y es importante que se desarrollen para desempeñar con éxito las nuevas tareas que se presenten. Entre las más demandadas, destacó la comunicación, la interacción y la capacidad de afrontar el cambio y la incertidumbre en un sector en el que surgen novedades continuamente.
Por su parte, Helena Pascual, responsable de RR. HH. y selección en Netberry, resaltó especialmente el trabajo en equipo. Este afecta a todo y fomenta la cooperación, el compañerismo y el aprendizaje. De hecho, es el centro de las nuevas metodologías ágiles de trabajo: una comunicación diaria, continua, sobre qué se va a hacer, qué se ha hecho y que cuenta con todos los puntos de vista.
¿Qué busco en una empresa?
Además, los estudiantes se mostraron preocupados por ese primer contacto con la empresa, tanto a través del CV como ya en la entrevista personal. Qué mostrar o qué preguntar a los profesionales de RR. HH. fueron algunas de las preguntas.
En el CV, comentaban las expertas, todo puede ser interesante para diferenciarse: cursos, proyectos de clase, proyectos propios e incluso aficiones. En la entrevista, hay que preguntar lo que realmente sea importante para cada uno.
En el sector tecnológico, es especialmente interesante la formación que se ofrece en las empresas o sus planes de carrera. Y es que también es importante elegir. Según Roberto Latorre, hay que ser proactivo a la hora de buscar la empresa que mejor se adapte a ti, no solo dejar que te busquen.
Experiencias laborales en el sector de la tecnología
Tras esta primera introducción a las necesidades de las empresas, se contó con dos experiencias de “personas del mundo real”, como presentó Roberto Latorre, que estudiaron en la EPS y que ahora trabajan en el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC). Ambos explicaron a los asistentes cómo está siendo su experiencia en el ámbito profesional.
Tecnologías que demandan las empresas
Daniel Michaud, analista de software en el IIC, puso en valor la flexibilidad a la hora de adentrarse en el mundo profesional. Sus más de 5 años de experiencia le demuestran que las tecnologías van cambiando y que, ante esto, hay que ser capaz de aprender y adaptarse a diferentes entornos.
A esto añadió la resolución de problemas, ser creativo e innovador. Para todo ello, es importante tener cierto nivel de abstracción sobre los procesos, que te permita trabajar en cualquier parte de los mismos. En resumen, si se conoce el contexto tecnológico, se puede elegir cómo resolver un problema y con qué herramientas.
De estudiante en prácticas a contratado
Más reciente es la experiencia de Jaime Torrijos, programador del área de desarrollo de software en el IIC, que personificaba esa transición de estudiante en prácticas a contratado. En su caso, la capacidad de aprendizaje y de adaptación han sido esenciales, sin olvidar la actitud para afrontar y superar obstáculos que se presentan en el día a día.
Él eligió el IIC para poder compaginar las prácticas con el final de sus estudios, y se quedó. Ante las nuevas tecnologías y proyectos, considera que hay que empaparse de los compañeros, ser un poco autodidacta y siempre aplicar la base que te da la Universidad. Incluso cuestiones que parecen baladíes durante la carrera, como la organización o planificación de una tarea, cobran sentido en la empresa.
Especialización con perspectiva
Entre las inquietudes de los estudiantes, también surgió la duda de especializarse o aprender de todo en un mundo cambiante como es el tecnológico. Para Roberto Latorre, sobre todo cuando se está empezando, es importante conocerlo todo, abarcar todas las áreas de un proyecto o sistema informático, para después elegir en qué puedes especializarte.
Al final, se trata de saber o descubrir a qué te quieres dedicar sin perder de vista lo que ocurre en el contexto tecnológico. Para empezar con buen pie en el mundo laboral, el mejor consejo es el de estar siempre dispuesto a aprender.