El cambio tecnológico y social está transformando no solo el tipo de empleos que se demandan, sino también las competencias que definen a los profesionales más preparados.
Sobre ello se habló en el evento Ignition Madrid, un encuentro de talento digital dirigido a jóvenes que buscan descubrir su vocación u orientar su carrera profesional, organizado en San Blas Digital con la colaboración de la Fundación para el Conocimiento Madri+d, la Agencia para el Empleo de Madrid y el Ayuntamiento de Madrid.
Pablo Haya, director de Business & Language Analytics en Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), participó en una mesa redonda titulada «Claves que están redefiniendo el mercado laboral: nuevas competencias, perfiles emergentes y cómo prepararse para el futuro».
Competencias transversales: las 4 C
Durante la mesa, todos los ponentes coincidieron en la relevancia de las llamadas competencias transversales, aquellas que trascienden cualquier puesto o sector. Ante la variedad de nomenclatura y habilidades que pueden contemplarse, destacan cuatro (las 4C) popularizadas por el Partnership for 21st Century Learning (P21), las cuales tendríamos que formarnos desde etapas muy tempranas:
- Comunicación: saber expresar ideas con claridad, tanto en entornos presenciales como digitales.
- Colaboración: trabajar eficazmente en equipos híbridos y distribuidos.
- Pensamiento Crítico: cuestionar la información, analizarla y tomar decisiones fundamentadas.
- Creatividad: generar soluciones originales ante nuevos desafíos.
Una quinta C: Codificar
A estas cuatro competencias citadas, se podría añadir una quinta ‘C’: «Codificar». Pero no en el sentido restringido de programar, sino en un sentido amplio y accesible: comprender cómo funcionan los sistemas digitales, saber comunicarse con ellos y dar instrucciones a las máquinas.
Hoy en día, codificar puede significar utilizar herramientas low-code o no-code, o aprender a usar correctamente los prompts con los que interactuamos con modelos de inteligencia artificial como ChatGPT o Gemini. Saber traducir nuestras ideas a un lenguaje que las máquinas puedan ejecutar es una habilidad técnica que se está convirtiendo en transversal en cualquier puesto de trabajo.
Dificultad para predecir las tendencias
A la hora de pensar qué habilidades técnicas son importantes a la hora de formarnos, conviene mantener una mirada crítica. No todas las tendencias tecnológicas terminan consolidándose. Pensemos en el ejemplo del metaverso, que despertó una gran expectación hace unos años, pero hoy ocupa un lugar más discreto.
Un buen indicador para detectar hacia dónde se mueve el mercado es observar la formación de los consultores, que representan aproximadamente la mitad de los profesionales del sector TIC. Entre las áreas con mayor proyección se encuentran:
- Inteligencia Artificial
- Análisis de datos y Big Data
- Ciberseguridad
- Computación en la nube
Estas son las disciplinas que están configurando el núcleo del nuevo tejido profesional tecnológico.
Nunca fue más fácil formarse
Vivimos un momento excepcional en términos de acceso al conocimiento. Nunca fue tan fácil, ni tan económico, aprender.
Hoy podemos encontrar:
- Una miríada de cursos online gratuitos en plataformas abiertas.
- MOOC de universidades de prestigio por apenas 50 euros al mes.
- Programas de máster online en instituciones como el MIT, donde un título en estadística y ciencia de datos puede costar menos de 2.000 euros.
A esto se suma el papel creciente de los chatbots educativos, como ChatGPT o Gemini, que ya ofrecen modos específicos de tutoría personalizada. Estas herramientas son una magnífica forma de complementar la formación tradicional y aprender de manera adaptativa.
Prepararse para una carrera profesional flexible
El futuro del trabajo exige una actitud abierta y flexible. El conocimiento ya no se organiza en compartimentos estancos, sino que fluye entre disciplinas.
Surgen así nuevos perfiles híbridos, como el de Lingüista Computacional, que trabaja junto a científicos e ingenieros de datos en el desarrollo de sistemas de inteligencia artificial. Este tipo de colaboraciones ejemplifica la convergencia entre las humanidades, la tecnología y la ciencia de datos.
En definitiva, formarse continuamente, adaptarse al cambio y cultivar las competencias humanas son las mejores estrategias para prosperar en un mercado laboral en constante evolución.
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