Hemos tenido el placer de recibir en el IIC a Guillermo Schor-Landman, presidente de la Fundación Iberoamericana de Telemedicina. Este centro destaca por llevar más de una década centrando sus esfuerzos en la investigación, desarrollo, difusión y aplicación de las nuevas tecnologías de la información y la comunicación al entorno de la salud. Hablamos con él sobre las oportunidades de las tecnologías Big Data en el sector de la salud.
Entre los mayores logros de la Fundación está el desarrollo de un software de gestión para optimizar la Atención Primaria en Argentina.
¿Qué aporta este tipo de proyectos Big Data al sector salud?
El software lo desarrollamos para Argentina, pero en este momento está en pruebas de concepto para adaptarlo a otros países, y optimiza la administración y gestión de la atención primaria de la salud pública a través de la historia clínica electrónica de los pacientes. La atención primaria es el agujero negro de la economía de la salud en todo el mundo. La fragmentación que se produce en la información pasando por los distintos especialistas, quizás de distintas ciudades, e incluso por distintas instituciones, es lo que perjudica a la mejor atención del paciente y provoca en parte grandes pérdidas de dinero, no solo por problemas de fraude en el mundo de la salud, sino fundamentalmente por gastos innecesarios.
Poder tener una historia clínica electrónica accesible desde cualquier lugar y en cualquier momento de manera segura y confidencial y tener unificada la información, no solo salva vidas, sino que además mejora rápidamente la administración en un momento en el que los recursos para atender la salud ya no alcanzan.
Nuestro sistema aporta medicina preventiva personalizada; un sistema de historia clínica electrónica para la atención primaria permite un seguimiento de la atención y de los pacientes que antes era impensable. Y más en un momento en el que tenemos el mayor índice de muertes y el mayor índice de consumos, ya no por enfermedades infecciosas, sino por las crónicas.
La plataforma Acuario Salud gestiona ahora cerca de un millón de historias clínicas de pacientes de la salud pública de lugares tan distantes como la provincia de Salta en el noroeste argentino o el municipio de la Matanza en Buenos Aires. Nos da la posibilidad de tener toda esa información ordenada, conocer hábitos, consumos, y marcar en mapas digitales focos infecciosos. Por ejemplo, cada vez que hay un diagnóstico considerado previamente como una alerta epidemiológica, no solo lo notifica a las autoridades, sino que lo carga en un mapa digital con el domicilio del paciente para poder visualizar un posible foco infeccioso en tiempo real. El Big Data nos permite profundizar en el análisis científico de toda esa información con mucha más precisión y velocidad, e ingresar a un escenario de inteligencia predictiva valiosísimo para la sociedad toda.
El uso de las tecnologías Big Data en el sector Salud está en expansión.
¿Qué te llevó a impulsar el Big Data en Salud en Iberoamérica?
El escenario de investigación que tenemos haciendo minería de datos de salud es inagotable, podemos abordarlo desde distintas perspectivas. Puede suponer una mejora sustancial de la atención de los pacientes y la administración de la salud. La idea es, para el que no tiene otra cobertura médica que la pública, pensar un repositorio de toda la información de todo ese padrón.
En 1997 yo representaba al gobierno argentino en la Organización Intergubernamental de Servicios Móviles por Satélite con base en Londres (INMARSAT). Pensemos que INMARSAT es la cara europea de INTELSAT, y en ese momento, con un grupo de amigos que trabajábamos ahí como representantes de distintas organizaciones o países empezamos a «evangelizar» sobre el uso de la tecnología de la información y la comunicación en el ámbito de la salud. De ahí surgió The Midjan Group (Paris) del que fui el único miembro por Latinoamérica, de ese grupo nació el grupo de trabajo de Telemedicina de la Oficina de Desarrollo de la Unión Internacional de Telecomunicaciones (Ginebra) donde fui relator asociado. Además, impulse en nuestra región el Observatorio Europeo de Telemedicina creado por Maria Laires en Lisboa. Estaba y estoy muy comprometido con el desarrollo y difusión de las TICs en el ámbito de la salud.
Aproximadamente en el año 2000 creamos la fundación y empezamos a trabajar con el sistema Acuario Salud, que ya mi socio, Daniel Ureta (uno de los fundadores) lo había desarrollado. En 2005 hicimos la primera prueba piloto en el hospital Sirio Libanés de Buenos Aires. Ahí logramos el apoyo de Intell, Verisign, Motorola, Telecom de Argentina… unos socios de lujo para hacer una prueba piloto de un año sobre 15.000 casos. El Data Mining era parte de nuestro proyecto; siempre entendimos que el análisis de esa información era útil para las instituciones de salud, pero esencialmente para los pacientes.
Eres especialista en derecho de las comunicaciones.
¿Es posible acercar los avances tecnológicos a la sociedad?
Por supuesto. Realmente la tecnología en sí puede hacer maravillas, pero si no llega a la gente, ¿para qué? Siempre vamos a estar un paso más atrás de la tecnología, seria utópico pensar en un sistema jurídico que se anticipase a eso. Lo que sí tenemos es una buena estructura de protección de datos personales ―que es lo básico para poder convivir con la tecnología― y un sistema que se va haciendo eco de este cambio cultural, además del cambio jurídico. Vamos a tener que ir trabajando en base a los conflictos que se presentan y a los que podamos imaginar. Pero en la medida en que la protección de datos personales se maneje con un régimen serio, correcto, no tendría que haber inconveniente con el Data Mining.
Participas también como docente en Tecnologías de la Información y Comunicación en la universidad.
¿Es importante fomentar la investigación y el estudio de las TICs en Salud?
¡Qué mejor ámbito que la universidad para la investigación! Este es un campo muy nuevo y es necesario que haya especialistas. Hoy la universidad les da la oportunidad a muchos profesionales de elegir una especialidad y aprovechar la experiencia dada por otros.
Las redes asistenciales tienen la capacidad de proveer servicios de salud más equitativos, eficientes y de mejor calidad.
¿Crees posible desarrollar este tipo de redes a corto plazo?
Por supuesto, y no a corto plazo, sino inmediatamente. Ya tenemos a nuestro alcance las soluciones, la tecnología y las redes. Lo primero que provoca un sistema informático aplicado al mundo de la salud, ya sea en la atención primaria o en la atención hospitalaria, es transparencia. El mundo de la salud tiene un alto porcentaje de gastos absolutamente improductivos. Entonces, la mejor manera, no digo ya de reducir los presupuestos, sino de administrarlos mejor, es justamente a través de la informatización.
Se podría evitar las repetición innecesaria de prácticas y exámenes, hacer el seguimiento de un paciente a través de mensajes de texto o video conferencia, crear alarmas automáticas para la asistencia domiciliaria, sobre todo con tantos pacientes crónicos, que con estos servicios podrían estar en sus casas y bien monitoreados, entre tantas otras soluciones disponibles hoy.
Trabajas para que las TICs propicien nuevas soluciones en el sector salud.
¿Cómo podemos impulsar las telecomunicaciones a partir del análisis de datos?
Obviamente hay que partir de los análisis de datos. Lo que estamos buscando es impulsar las soluciones de salud a partir de los análisis de los datos, y ahí tenemos muchas cosas para hacer: preguntas acerca de consumo de medicamentos, diagnósticos vinculados a tiempos de espera, sobre atención…
La Comisión Económica para América Latina y el Caribe (CEPAL) actúa como Secretaría Técnica de eLAC 2018, un plan de acción para América Latina y el Caribe. En él, el grupo de TIC y salud del que eres vicepresidente, desarrollado acorde con los Objetivos de Desarrollo del Milenio (ODM) y la Cumbre Mundial sobre la Sociedad de la Información (CMSI), fomenta el uso de las TIC como instrumento de desarrollo económico e inclusión social.
¿Qué pueden aportan las soluciones Big Data a la gestión sociosanitaria?
A lo largo de los años son varias recomendaciones las que venimos haciendo, tratando de llevar los casos de éxito en América en el mundo de TIC y salud. Si estamos hablando de informatización en el mundo de la nube, es sobre todo tanto para generar bases de datos que nos permitan hacer minería de datos como para poder buscar alternativas, soluciones y nuevos caminos que hoy no se conocen.
Personalmente, vengo haciendo una cruzada desde hace algunos años recomendando a los países miembros que elaboren un master plan de salud antes de incorporar nuevas tecnologías: primero hay que tratar de entender qué infraestructuras hay en realidad disponibles en el país, qué recursos humanos hay afectados en informática en salud, qué casos de éxito podemos aplicar, y, macheando la infraestructura y los recursos, ver qué es aplicable para cada país en concreto.
En Argentina hay un programa del Ministerio de la Salud, que se llamaba el plan NACER, porque atendía a todas las madres que no tenían cobertura de salud, y que finalmente se llamó Programa SUMAR, porque incluyó también a todo aquel que no tuviera cobertura. En la provincia de Salta hay entre 50 y 70 centros de atención primaria en red conectados con nuestro sistema, entre historias clínicas cargadas e historias clínicas activas sumarían entre 600.000 y 850.000.
SUMAR nos pidió hacer una prueba a ver qué pasaba si en vez de enviarle todos los meses los reportes de la atención a los usuarios, cargaban esta información en Acuario. Esa prueba dio como resultado que la provincia estaba cobrando entre un 30 y 40% menos de lo que le correspondía, y que SUMAR debía y quería pagarles, pero la información no llegaba ni en tiempo ni en debida forma. Después de un día de trabajo no es tarea de los médicos completar formularios burocráticos. Acuario Salud completa todos estos formularios para el Ministerio de Salud de la Nación de forma automática.
Ahí SUMAR nos pidió una prueba crítica en el municipio de la Matanza. El problema es complicado, cinco centros de salud grandes, dos hospitales, un hospital de día… Lo logramos y hoy tenemos cerca de 150.000 pacientes activos. En noviembre entregamos el sistema funcionando con 150.000 historias clínicas cargadas en la red. Ahora hay 13 hospitales más de la zona que están pidiendo sumarse, sobre todo porque hay mucho trabajo burocrático que el sistema hace solo.
En conclusión: incorporar un sistema, informatizar, significa transparencia, eficiencia, ventajas… para la comunidad médica y para el paciente. Todo esto es un cambio cultural profundo y la comunidad médica tiene que entenderlo y adaptarse a ello también.
Entre tus actividades destaca tu dedicación a la gestión de sistemas de salud; y entre las del IIC, nuestra su experiencia en el análisis de datos.
¿Qué valor diferencial crees que aporta trabajar de forma conjunta?
No es diferencial, es un valor único. Nosotros sabemos hacer sistemas de gestión e historia clínica electrónica y generar bases de datos masivas, y el IIC sabe cómo trabajar ese conocimiento, ese análisis de futuro. Creo que tenemos una alianza ideal, cada uno poniendo lo mejor que sabe hacer y además, con la posibilidad de que el Instituto ponga un pie en América y que nosotros pongamos un pie en Europa. Con lo cual, creo que es una gran oportunidad para ambos.