Las credenciales tienen importancia. Con las credenciales adecuadas, podéis acceder al dinero, al talento y a los recursos de las organizaciones que pueden hacer realidad vuestras ideas. ¿Pero qué son las credenciales para un innovador? Desde luego, están las credenciales habituales que reflejan los éxitos empresariales: las publicaciones y los títulos.
Pero a muchas personas que tienen perspectivas e ideas que pueden crear cambios positivos – especialmente a aquellos que pueden ser innovadores día sí día también en una empresa o gran organización-, a ellos puede que les falte alguna de esas credenciales y necesiten establecer una buena reputación antes de lograr un auténtico impacto.
Ahora bien, los innovadores necesitan innovar de forma regular, antes incluso de que alguien les cuelgue medallas. Los hábitos de un innovador tienen que estar bien desarrollados antes de aprovechar las oportunidades. Sin embargo, ser un innovador efectivo no es lo mismo que ser un innovador reconocido. Y ser un innovador reconocido da lugar a oportunidades más importantes y prometedoras.
Hay muchas formas de crear un portfolio que llame la atención. Algunas ideas:
1. Involucraos en proyectos innovadores. Estos tienen la doble ventaja de proporcionar reconocimiento y experiencia de aprendizaje. Para un innovador que busca una carrera profesional llena de oportunidades en el seno de una gran organización, los mejores proyectos son probablemente los más convencionales. A pesar de ser menos emocionantes, tienden a ser los mejores para crear un portfolio. Los proyectos de innovación incremental que producen beneficios claros, especialmente aquellos que se pueden medir en tiempo y dinero, son los que tienen más probabilidades de tener éxito e impresionar a los que toman las decisiones (los proyectos que cambian el mundo son maravillosos, pero conllevan riesgos que pueden hundir una carrera).
2. Cosechad éxitos en pequeñas cosas que sean visibles y que contribuyan a cosas más grandes. Las cosas pequeñas son más fáciles de poner en marcha (a menudo podéis tomar la iniciativa y llevarlas a cabo sin consentimiento o recursos extra), y aquellas que conducen de forma natural al siguiente proyecto pueden ayudar a coger carrerilla para lograr un éxito en el futuro.
3. Compartid el éxito, pero aseguraos de que conseguís vuestra parte de reconocimiento. Sin reconocimiento, no hay credenciales.
4. Aseguraos de que los proyectos se terminan. Una vez tuve un jefe al que le asustaba terriblemente que se juzgaran sus proyectos. De forma bastante previsible, podía hacer descarrilar proyectos pocas semanas antes de entregarlos. Yo me aseguraba de entregar mi parte pronto en estos proyectos (vivimos en un mundo en el que a los directivos siempre se les ha dicho que deben “detectar el fracaso a tiempo”). Diagnosticar posibles entregas por adelantado y el potencial para terminar antes de la fecha evita llegar a un cúmulo de tareas incompletas.
5. Aprended bien a poner nombre a los proyectos. A menudo, la persona a la que se le ocurre el nombre adecuado es aquella a la que se identifica con el éxito.
6. Aprended cómo adaptar innovaciones de éxito de otras áreas. Si podéis, desarrollad la flexibilidad necesaria para ver cómo una idea proveniente de otro negocio o disciplina puede aplicarse para crear beneficios en vuestras áreas de responsabilidad. De este modo, trabajaréis con ideas que tienen muchas más probabilidades de seguir adelante.
Es bueno recordar que los logros son solo uno de los elementos en la creación de un portfolio. Lo que lleváis a cabo –y esto es especialmente complicado si trabajáis en áreas que no os son familiares- debe ser entendido y apreciado antes de que pueda ser reconocido, de manera que suponga una ventaja para vosotros.
Las innovaciones de éxito se socializan
Esto significa que necesitáis que la gente se entusiasme con los logros. Las innovaciones de éxito se socializan, y los innovadores de éxito se vuelven expertos en socializar su trabajo. Todo esto nos lleva a las redes de contactos (de las que hablamos en una entrada anterior). Cuando se trata de crear credenciales, la red debe incluir a los que toman las decisiones y tener las suficientes conexiones importantes para adquirir atención e interés.
Contar con esta red depende de factores fundamentales. Primero, necesitáis aportar valor habitualmente a los que toman las decisiones, puede que sea en forma de servicios, apoyo para una idea, dándoles acceso a alguien de valor, o incluso enviándoles artículos interesantes de vez en cuando. Pero proporcionar valor de forma regular os servirá en bandeja el plato fuerte cuando lo necesitéis. Segundo, debéis entender bien quién es esa gente- lo que quieren, lo que necesitan y lo que les importa.
Un innovador puede obtener credenciales que creen oportunidades de innovación importantes consiguiendo de forma sistemática éxitos que llamen la atención de los que toman las decisiones. Sin embargo, cuanto más desconocida sea la “gran idea”, más efectivamente necesita ser comunicada. La innovación con labia está llena de peligros que no están presentes para aquellos que venden ideas, servicios y productos ya establecidos. Cómo llevarla a cabo es el tema de mi siguiente post en esta serie de Al rescate de la innovación.