La demanda eléctrica es un buen termómetro del estado de la sociedad. La situación socioeconómica en la que nos encontramos como consecuencia del coronavirus y la declaración del estado de alarma por parte del Gobierno de España se ve reflejada en unas variaciones muy importantes, asociadas a la reducción productiva y al cambio de hábitos de los españoles.
La pandemia del COVID-19 es un tsunami que está afectando a todas las esferas sociales y económicas de nuestro país. De manera progresiva, el gobierno de España ha ido adoptando una serie de medidas para intentar paliar los tremendos efectos negativos de esta crisis sanitaria. Éstas se han ido endureciendo a medida que se sucedían los acontecimientos, comenzando con recomendaciones para evitar aglomeraciones y eventos masivos, cerrando centros educativos y culminando con la declaración del estado de alarma y la prohibición de salir de nuestros hogares.
Toda esta problemática y la aplicación de estas medidas han tenido un efecto en el tejido socioeconómico español, pues ha provocado la implantación obligatoria del teletrabajo en todos aquellos casos fuese posible, el cierre de numerosos comercios y establecimientos, ERTES en empresas, etc. Y todo esto tiene su efecto en la demanda eléctrica.
Variación de la demanda eléctrica en el estado de alarma
Para determinar la variación de la demanda eléctrica, esta se compara con la de los mismos días de la semana anterior (ver Figura 1). En este caso, observamos una clara respuesta de la demanda eléctrica a las medidas que han ido tomando las diferentes autoridades.
En primer lugar, vemos una disminución significativa de la demanda eléctrica (1,5%) a partir del miércoles, 11 de marzo, día en que se empiezan a hacer efectivas la suspensión de las clases en centros educativos y culturales en la Comunidad de Madrid y muchas empresas empiezan a implantar el teletrabajo.
El sábado, 14 de marzo, se decreta el estado de alarma. A las medidas anteriormente adoptadas se unen la suspensión de la apertura al público de los locales y establecimientos minoristas, a excepción de establecimientos comerciales de bienes de primera necesidad, el cierre de todos los museos, teatros y actividades deportivas, la suspensión de todas las fiestas a nivel nacional, la reducción del transporte público, etc. Si bien ese mismo sábado ya existe un descenso de la demanda del 5.87%, el descenso más pronunciado ocurre a partir de los días 18 y 19 de marzo, cuando la demanda cae un 8.3% y un 13.6% [1] respectivamente.
Con la nueva decisión del gobierno del cierre de fronteras aéreas y marítimas del pasado 22 de marzo, el descenso del consumo se hace visible a lo largo del siguiente día, con una nueva disminución de la demanda, de un 6.7% frente al lunes anterior (16 de marzo) y que, a su vez, ya había registrado un descenso del 5.12%. Además del cierre de fronteras, este descenso puede ser debido la sucesión de cierres parciales o totales de empresas.

Figura 1: Comparación de la demanda eléctrica real de marzo de 2020 respecto al mismo día de la semana anterior. Elaboración propia. Fuente: REE
Si además se compara la demanda eléctrica de marzo de 2020 con la de los mismos días del año anterior, respetando la laboralidad semanal[2] (ver Figura 2), la demanda de ambos años es muy similar hasta el 17 de marzo, cuando, como se observa en la demanda de 2020, comienza a decaer.
La diferencia significativa la encontramos a partir del 18 y 19 de marzo, donde la demanda decrece un 8.91% y 15.6% respecto al mismo día del año anterior. De nuevo, aquí hay que tener en cuenta el efecto de mayor descenso del día 19 de marzo. El 23 y 24 de marzo, después del cierre de fronteras aéreas y marítimas, el consumo cae un 8.65% y un 9.63% respectivamente respecto al mismo día del año anterior.

Figura 2: Comparación de la demanda de marzo de 2020 respecto a marzo de 2019. Fuente: Elaboración propia.
En las dos figuras anteriores se puede observar como las diferencias de demanda de electricidad son más pronunciadas los días laborables. Esto se explica fácilmente si se tiene en cuenta el cese total o parcial de la actividad docente, empresarial y cultural del país. Para profundizar más en este aspecto, se propone una última comparación (ver Figura 3), en la que se analiza la demanda de los días laborables por horas. Para ello, se coteja la demanda de la primera semana de la cuarentena con la media del año 2019 (obviando los festivos nacionales). El resultado muestra una clara correlación con los horarios laborables habituales, habiendo picos de diferencia de hasta 5.000 MW, el equivalente a 5 centrales nucleares o casi el 60% de la potencia fotovoltaica española.

Figura 4: Comparación de la demanda eléctrica horaria en días laborables entre la primera semana de cuarentena por COVID-19 y la media del 2019 eliminando los festivos nacionales. Fuente: Elaboración propia.
Tendencia negativa del consumo eléctrico en el estado de alarma
Para concluir, tal y como se ha descrito a lo largo del estudio, las restricciones impuestas por las diferentes instituciones públicas desde la llegada del COVID-19 a España han afectado de forma negativa al consumo eléctrico. La tendencia negativa comienza el 11 de marzo, coincidiendo con las primeras decisiones adoptadas por las diferentes autoridades para prevenir la propagación del virus. Estas diferencias se hacen más notables en los días laborables, registrando los datos más bajo los días 18 y 19 de marzo. Y, si bien el descenso del consumo es generalizado y sin excepción durante todas las horas del día, se agudiza más en aquellas horas en las que suele tener lugar la jornada laboral y lectiva.
Distintas autoridades están estudiando endurecer las restricciones de confinamiento y movilidad, como, por ejemplo, el cierre de la ciudad de Madrid. Por lo tanto, se puede prever que la demanda eléctrica continuará disminuyendo a medida que se intensifican los esfuerzos para frenar la pandemia.
[1] Se empieza a comparar el 01/03/2020 con el 03/03/2019, ambos domingo, para poder casar los mismos días de la semana.
[2] En el caso del día 19 de marzo, el efecto de la laboralidad, por ser festivo en algunas Comunidades Autónomas, provoca un descenso más acusado de la demanda respecto a la semana anterior.
Post escrito por: Álvaro Romero Mirallesm, Project Manager en el IIC; Lucas Ramos Ariasm, Científico de Datos en el IIC; Manuel Hidalgo Arjona, Científico de Datos en el IIC.