Esta semana se cumplen 2 años del nuevo modelo de factura eléctrica implementado en nuestro país para fomentar el ahorro energético y la eficiencia. A partir de junio de 2021, se establecieron tres tramos horarios (punta, llano y valle) con diferentes tarifas, con el objetivo de disminuir la demanda y redirigir parte del consumo de energía desde las horas de más demanda a otras en las que las redes están menos saturadas.
En el Instituto de Ingeniería del Conocimiento (IIC), hemos querido comprobar el impacto de esta medida en la demanda de energía, analizando el consumo de los españoles antes y después de este cambio tarifario. En este post, repasamos el comportamiento habitual de la demanda, el efecto que pueden tener este tipo de cambios y compartimos los resultados del análisis.
¿Cómo se comporta la demanda de energía?
La demanda eléctrica en España tiene una forma característica que refleja los patrones de consumo de energía a lo largo del día y de la semana. En general, la demanda eléctrica suele ser más alta durante las horas diurnas, cuando las personas están en sus hogares y las empresas están en funcionamiento, y disminuye durante las horas nocturnas. En concreto, suele tener lo que se denomina una doble “joroba”: una por la mañana y otra al llegar a casa a las 20-21 horas de la noche.

Referencia: TFM Álvaro Romero https://repositorio.uam.es/bitstream/handle/10486/681096/Romero_Miralles_Alvaro_tfm.pdf?sequence=1&isAllowed=y
Además, la demanda eléctrica suele ser más alta durante los días laborables de la semana y más baja durante los fines de semana y días festivos. En esta también puede influir la estación del año, las condiciones meteorológicas y otros factores que normalmente van ligados al estilo de vida.
Ahora bien, la teoría dice que la demanda eléctrica puede variar si se cambian los períodos tarifarios, ya que estos están diseñados para incentivar el consumo de energía en ciertas horas del día y desalentar su consumo en otras.
Por ejemplo, si se implementan tarifas más bajas durante las horas de menor demanda eléctrica, es decir, fuera de las horas punta, es posible que la demanda eléctrica se desplace a esas horas. Esto se debe a que los consumidores pueden optar por programar sus actividades eléctricas, como la carga de lavadoras o el funcionamiento de aires acondicionados, para aprovechar los precios más bajos.
Por otro lado, si se aumentan los precios en las horas punta, los consumidores pueden optar por reducir su consumo durante esos períodos o por invertir en tecnologías de eficiencia energética que les permitan reducir su consumo en general.
Análisis de la demanda de energía tras el cambio de tarifa
Desde el 1 de junio de 2021, la factura de la luz en España se basa en una nueva estructura tarifaria que aplica discriminación de precios y tres periodos horarios con tres tarifas a los consumidores domésticos acogidos al Precio Voluntario para el Pequeño Consumidor (PVPC): los denominados punta, llano y valle.
El periodo punta, en el que el coste de los peajes y los cargos será más alto, es el comprendido entre las 10 y las 14 h y las 18 y las 22 h, mientras que la tarifa valle, que es la más barata, se aplica entre las 00 y las 8 h de los días laborables y durante todas las horas de los fines de semana y festivos. El periodo llano, con un coste intermedio, se sitúa en las horas restantes.
Para ver qué impacto han tenido en la demanda eléctrica estos cambios, hemos comparado el consumo horario de los años 2018 y 2019 frente al consumo de los dos años que se llevan aplicando las nuevas tarifas. El resultado se puede observar en la siguiente gráfica:
El primer elemento apreciable es una disminución del consumo de energía promedio. Podemos observar que la demanda del periodo 2021-2022 es notablemente más baja que en 2018-2019. No obstante, esta reducción de la demanda puede deberse además a la pandemia por COVID-19 en parte de 2021 y al aumento generalizado del precio de la energía, y no tanto a los cambios tarifarios.
En cualquier caso, es interesante destacar el desacoplamiento entre el PIB y la demanda eléctrica que se hace cada vez más acusado, ya que en 2021 el PIB fue superior a 2018 y en 2022 se superó el de 2019. Por tanto, tenemos una demanda eléctrica en descenso con un PIB en ascenso.
Centrándonos en el efecto de la medida del cambio tarifario, parece que los españoles siguen consumiendo con unos patrones bastante similares a los que se tenían unos años atrás. Ahora bien, si nos fijamos en detalle en la siguiente gráfica, la diferencia entre la demanda antes y después del cambio es mucho más acusada en las horas con una tarifa punta (en rojo) que en las horas de noche (tarifa valle, en verde). De hecho, la reducción de la demanda en las horas de tarifa valle ha sido de un 4% aproximadamente mientras que en las de la tarifa punta ha sido de casi un 6%.
Además, si atendemos a la desviación estándar, que es una métrica que explica la variabilidad o dispersión de un conjunto de datos, en el periodo 2018-2019, vemos que es aproximadamente un 10% inferior. Por tanto, podemos concluir que sí ha habido una reducción de la variación de la demanda a lo largo de los días, aplanando nuestra curva de consumo.
En resumen, en los dos periodos comprobados, se ha producido una reducción general de la demanda total del país, aunque puede que no sea totalmente atribuible al cambio tarifario, y parece claro que sí hay una reducción en la variación de la demanda que aplana la curva de consumo y facilita los mecanismos de gestión de la red eléctrica.