A principios de julio se celebró en San Sebastián la 9ª edición del congreso International Test Commision (ITC), donde, bajo el lema «Global and Local Challenges for best Practices in Assessment», se mostraron los avances en las pruebas psicológicas y educativas que se utilizan en los test de evaluación de competencias.
ITC es la agrupación de asociaciones nacionales de psicología, test commisions, editores, y otras organizaciones, que tiene como objetivo promover políticas de evaluación eficaces, facilitar el intercambio de información entre los miembros y estimular la cooperación sobre problemas relacionados con la construcción, distribución, uso de test psicológicos y educativos y otras herramientas psicodiagnósticas.
Al congreso de este año asistieron Beatriz Lucía y David Aguado, miembros del área Talent Analytics del IIC, donde presentaron dos trabajos de los que son coautores.
El primero de ellos, «Un test de elección forzosa para evaluar competencias relacionadas con el desempeño laboral» detalla el desarrollo de un test ipsativo para medir cuatro competencias relacionadas con el desempeño laboral (planificación del trabajo, resolución de problemas, gestión del cambio y orientación a la eficiencia).
Los test ipsativos emplean ítems de elección forzosa —utilizados sobre todo para la evaluación de la personalidad—, que consisten en hacer que la persona evaluada elija entre un conjunto de opciones de respuesta a una pregunta, lo que permite un cierto control de los sesgos de respuesta. Es decir, de las respuestas condicionadas por factores como la deseabilidad social, definida esta como la tendencia de un individuo a dar una imagen que se corresponda con lo que cree que los demás esperan de él, no con lo que realmente es.
Sin embargo, los datos que surgen tras la aplicación de un test de elección forzosa plantean problemas de análisis psicométrico, y no son apropiados en rigor para las comparaciones interindividuales.
En el segundo trabajo, «La detección de cheating en un contexto de selección real mediante el test Z de Guo y Drasgow», se explora la eficiencia de este estadístico para la detección de conductas de engaño en una prueba de inglés.
En el ámbito de las organizaciones, la demanda para realizar procesos de evaluación sin supervisión es cada vez mayor. En este sentido, es posible incorporar a las pruebas mecanismos que permitan detectar si el nivel alcanzado por un evaluado al realizar una prueba en un entorno no controlado se corresponde con el obtenido cuando realiza la prueba en un entorno controlado. Es decir, permite identificar si al evaluado le prestaron ayuda para realizar la prueba.
El estudio realizado por el IIC llegó a la conclusión de que las puntuaciones obtenidas en condiciones no controladas son significativamente más altas que las obtenidas cuando la administración del test es controlada, hasta el punto de detectar que un 13% de los candidatos falseó los resultados.
Más información del congreso en la página web de la International Test Commision.