El automóvil, los ordenadores personales, el ferrocarril o el control de la natalidad han transformado nuestro paisaje, nuestras vidas y nuestra cultura. Cada uno ha puesto a nuestro alcance nuevas posibilidades, y ya es difícil pensar en nosotros mismos y en nuestra sociedad sin ellos como punto de referencia.
No he terminado con mi análisis del Internet de las cosas, pero este me parece un buen momento para hablar sobre las desconocidas y poderosas capacidades que este nuevo sistema de tecnologías (y personas) va a hacer posible. Como la mayoría de los inventos, el Internet de las cosas puede servir para mejorar nuestras vidas o para empeorarlas. Exploraré ambas opciones en futuros post, pero pensé que sería bueno crear una lista a modo de referencia.
Pruebas y evidencias del Internet de las Cosas
En teoría, una mayor cantidad de datos debería esclarecer las cosas. Deberíamos tener pruebas de nuestras teorías, y evidencias en las que basarnos para tomar decisiones. Esto será así en muchos casos. Sin embargo, cualquiera que haya trabajado en la clasificación de datos comprende que a menudo lo más revelador son las características de los hechos y las relaciones entre los puntos de información. Los datos aislados no nos darán respuestas si no creamos un contexto y enmarcamos cuidadosamente nuestras preguntas.
Transparencia en el Internet de las Cosas
Hay un cuento muy interesante de Damon Knight, Te veo (1976), donde el mal comportamiento se reduce porque prácticamente toda acción humana se graba y está disponible para verla de nuevo. En lo que se refiere al vídeo, parece que nos aproximamos a un mundo así a medida que las cámaras de seguridad empiezan a invadir nuestros negocios, nuestras calles, nuestros colegios y a veces nuestras casas. Más allá de este tipo de transparencia, también debería ser mucho más sencillo monitorizar los pagos y la transferencia de bienes. En teoría, esto debería dificultar que delitos como el soborno, el desfalco, la usurpación de identidad y otros crímenes quedaran impunes. En la práctica, es probable que la gente encuentre mejores maneras de borrar su rastro y que la transparencia sirva también para facilitar la invasión de la privacidad y el ejercicio de la presión social.
Un panorama más completo del Intenet de las Cosas
Hay una máxima en los negocios: «Obtienes lo que mides» (You get what you measure). ¿Qué significa esto cuando es posible medirlo todo? ¿Y qué significa más allá de los negocios? Puede darnos una idea el imaginativo trabajo de particulares que crean aplicaciones mash-up (fusión de datos).
Este tipo de aplicaciones a menudo proporcionan un valor que se les escapa a profesionales y expertos. En el futuro, es probable que a mucha gente le surjan preguntas y curiosidades, llenando así sorprendentes vacíos de nuestros conjuntos de datos. Sin embargo, existe el riesgo del exceso de información. En el libro de Malcolm Gladwell, Blink (2005), el autor muestra un ejemplo de cómo un exceso de datos lleva a los médicos a emitir peores diagnósticos.
Velocidad del Internet de las Cosas
Con respecto a la era del Internet de las cosas en la que estamos a punto de entrar, la información todavía es lenta y escasa, pero pronto será mucho más probable que los datos que son importantes para las personas estén disponibles a tiempo real. Y esos datos, en lugar de tardar días, semanas o años en ser recopilados y procesados, se proporcionarán rápidamente, dando respuestas accesibles. De hecho, a medida que se acumulen los datos, las predicciones serán más sencillas. En otras palabras, podremos obtener respuestas no solo sobre lo que ha ocurrido o está ocurriendo, sino también sobre lo que va a ocurrir. En este sentido, se han dedicado múltiples recursos a las predicciones meteorológicas; esto representa un buen ejemplo de lo que podría conseguirse en otros sistemas dinámicos y complejos que son clave para la economía, la opinión pública, la gestión medioambiental y mucho más.
Sin embargo, existirá el peligro de que las personas actúen basándose en información incompleta o llevando los modelos a extremos ridículos. Sabemos que la probabilidad y el caos son parte del mundo humano y del mundo natural. Lo improbable continuará ocurriendo y la teoría del caos asegura que el aleteo de una mariposa puede acarrear graves consecuencias imprevistas.
Optimizar el Internet de las Cosas
Puede que el poder más prometedor que emerja cuando vivamos en el mundo del Internet de las cosas sea la capacidad de adaptación al cambio, en particular, la capacidad para tener en cuenta la distribución de los recursos, tanto los bienes como los servicios, cuando surja una crisis o cuando lo que anticipábamos no ocurra como estaba previsto. La capacidad de redirigir rápidamente los recursos para el beneficio de la sociedad estará al alcance de la mano. No obstante, todavía estaremos a merced de nuestras diferencias en valores, política y poder. La justicia no está garantizada.
La disponibilidad
Mi referencia a la fusión de datos ya apuntaba a esto. Una proporción mucho más amplia de la población podrá consultar información y actuar según esta. Se encontrarán nuevas maneras de aprovechar lo que se observa y lo que se aprende. La pregunta clave aquí es si los algoritmos que se han desarrollado estarán disponibles para todo el mundo o serán acaparados por unos pocos. Ya podemos ver en los mercados financieros cómo algunas personas juegan con ventaja basándose en algoritmos propietarios. No parece que esto vaya a cambiar.
El contexto
Por encima de todo, sospecho que el Internet de las cosas nos permitirá ver relaciones, historias y entornos que hoy escapan a nuestra atención. Puede que sepamos que las cosas están conectadas, pero nuestro cerebro analítico y nuestro enfoque selectivo tienden a descartar la importancia de perspectivas más holísticas. Esto es verdad solo en parte, pues ese tipo de perspectivas son difíciles de desarrollar. Sin embargo, con la ayuda de otras personas, algoritmos, capacidad de procesamiento y datos ubicuos, deberíamos poder crear panoramas más amplios. Y es probable que estos puntos de vista más completos hagan más evidentes a nuestros ojos tanto las oportunidades como las amenazas emergentes.
Descubrimientos en el Internet de las Cosas
Tener un Internet de las cosas será como tener un sentido más. Abrirá nuestros ojos a nuevos patrones, posibilidades, problemas y principios. Este es el mayor factor X del Internet de las cosas, porque no podemos predecir lo que está por revelar.
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